Detrás del ajetreo y la prosperidad de Beijing, una megalópolis de 21 millones de habitantes, surgen a menudo las exigencias de la gobernanza urbana. El planteamiento y la resolución de estas exigencias es lo que hace que su centro urbano sea tan dinámico y diverso. Aquí, todo el mundo participa en la gobernanza urbana, con una línea telefónica se conectan todos los subdistritos, comunidades y empresas de servicios públicos con los ciudadanos sin distancia. Este modelo de gobernanza de la megaciudad, impulsado por las demandas de la población, se denomina sistema de "Respuesta Rápida a las Quejas Públicas", es la práctica de la filosofía "el pueblo primero" y es el inicio de un proceso de la construcción urbana de Beijing con gobernanza compartida y participación de todos los residentes de la ciudad.