Marcado por la apertura al público del Shejitan como parque central en 1914, el eje central de Beijing empezó su proceso de transformación y apertura al público, experimentando varias reconstrucciones. La mayor reconstrucción en este proceso fue la de la Plaza de Tiananmen, cuyo diseño hereda el concepto de planificación del eje central de Beijing. Más tarde, se construyeron sucesivamente el Monumento a los Héroes del Pueblo, el Gran Salón del Pueblo, el Museo de la Revolución China, el Museo de Historia China (ahora el Museo Nacional de China) y el Salón Conmemorativo del Presidente Mao.